Ayer, Claudia Sheinbaum, la recién electa presidenta de México, envió un mensaje claro y directo a los inversionistas nacionales e internacionales: la reforma al Poder Judicial no afectará las inversiones privadas ni las relaciones comerciales. Este anuncio viene en un momento crucial, dado que diversos sectores financieros y organismos internacionales, como las embajadas de Estados Unidos y Canadá, habían expresado preocupaciones sobre posibles impactos económicos de la reforma.
Sheinbaum destacó que el objetivo de la reforma es fortalecer la democracia y el Estado de derecho, pilares esenciales para cualquier inversión. Afirmó que un sistema judicial más justo y democrático resultará en mayor estabilidad para el país, lo que a su vez beneficiará el clima de inversión. «Lo que buscamos es más democracia, más justicia y más libertad», dijo en una conferencia de prensa. Agregó que esta reforma promoverá la transparencia y reducirá la corrupción, lo que debe ser visto como un paso adelante hacia un mejor ambiente de negocios.
¿Qué implica la reforma?
Entre los cambios más relevantes propuestos, se incluye la elección de jueces y magistrados a través del voto popular, un cambio que busca involucrar más al pueblo en las decisiones judiciales, y que, según Sheinbaum, no es sinónimo de autoritarismo. “Si los jueces los elige el pueblo, ¿dónde está el autoritarismo?”, comentó la presidenta electa.
A pesar de las críticas de ciertos sectores empresariales y políticos que temen que la reforma pueda traer inestabilidad, Sheinbaum ha sido enfática en señalar que no habrá un costo político ni económico negativo. En su lugar, asegura que las inversiones estarán más protegidas que nunca, gracias a un sistema judicial más robusto y menos corrupto.
Reacciones internacionales
Este mensaje también responde a las advertencias emitidas por diversas instituciones, incluyendo la Cámara de Comercio Internacional y calificadoras como Fitch, que habían manifestado su preocupación por el posible deterioro de la seguridad jurídica en el país. Sin embargo, Sheinbaum fue clara al afirmar que estas reformas no afectarán los tratados comerciales ni las inversiones extranjeras. Por el contrario, destacó que habrá mayor certeza jurídica, lo que en su opinión debería tranquilizar a los inversionistas que buscan estabilidad.
Un futuro con mayor participación ciudadana
Sheinbaum también aprovechó para recordar el carácter democrático de esta reforma, subrayando que el pueblo tendrá más poder en la toma de decisiones judiciales. Esto, según ella, garantizará una representación más justa y alineada con los valores de la democracia. Además, recordó que en otros momentos históricos, como en 1994, ya se habían hecho reformas judiciales que centralizaban el poder sin que hubiera las críticas que hoy se están viendo
En resumen, el mensaje de Claudia Sheinbaum es contundente: la reforma judicial es una oportunidad para fortalecer la democracia y generar un entorno más favorable para las inversiones. Su administración tiene como prioridad consolidar un sistema judicial más equitativo y eficiente, que sea un motor para la estabilidad y el desarrollo económico del país.