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¿Por qué es importante decir presidentA?🗣️💜

Al tomar protesta como presidenta, Claudia Sheinbaum hizo una invitación a ser nombrada así, presidenta, con A, porque aunque parezca increíble aún hay personas que la llaman “presidente», sin darse cuenta de que con eso cometen un acto de discriminación con el cual excluyen e invisibilizan a las mujeres.

El lenguaje es una herramienta poderosa que no sólo refleja nuestra realidad, sino que también la construye, por eso la presidenta pidió que la llamen así, argumentando que sólo lo que se nombra existe. 

En el contexto del feminismo, la importancia de un lenguaje incluyente es vital para reconocer, visibilizar y dignificar a las mujeres en todos los ámbitos de la vida. Y el uso del término «Presidenta» en lugar de «presidente» cuando se habla de una mujer que ocupa ese cargo, tiene un impacto profundo en la lucha por la igualdad de género y en la forma en que concebimos el poder y la autoridad. 💪

¿Por qué es importante el lenguaje incluyente?

El lenguaje incluyente es una forma de romper con las estructuras patriarcales que tradicionalmente han invisibilizado a las mujeres. Por siglos, el uso del género masculino como norma ha predominado en nuestra lengua, y eso tiene consecuencias más allá de lo lingüístico: tiene efectos directos en la forma en que percibimos la realidad y, en particular, en cómo entendemos el papel de las mujeres en la sociedad.

El feminismo ha sido clave para visibilizar que el lenguaje no es neutral. Cuando usamos formas masculinas para referirnos a cargos, profesiones y actividades desempeñadas por mujeres, estamos minimizando su presencia y reforzando la idea de que lo masculino es la norma, mientras que lo femenino es una excepción. 😤 Y esto no solo tiene que ver con términos específicos, sino con la estructura misma de nuestro pensamiento.

Decir «Presidenta» es hacer visible el poder femenino

Un ejemplo claro de cómo el lenguaje impacta es el debate sobre el uso de «presidente» o «presidenta» cuando una mujer asume ese rol. Hay quienes argumentan que la palabra «presidente» ya es neutra, que no necesita cambiarse porque incluye a las mujeres de manera implícita. Pero, ¡ese es el problema! Las mujeres no deberían estar implícitas; deberían estar nombradas y visibilizadas. El uso de «presidenta» reconoce directamente a la mujer que ocupa el cargo, y eso es crucial en una sociedad que todavía lucha por aceptar plenamente el liderazgo femenino. 👩‍⚖️👑

El término «presidenta» no solo hace visible que una mujer tiene el poder y la autoridad, sino que también rompe con el estereotipo de que el poder es inherentemente masculino. Cuando se dice «presidenta», se reconoce que las mujeres no son la excepción en los espacios de liderazgo; son parte esencial de ellos. Este cambio lingüístico ayuda a derribar las barreras simbólicas que han mantenido a las mujeres fuera de ciertos roles de poder por tanto tiempo.

El lenguaje modela la realidad

Si bien algunas personas insisten en que estos debates sobre el lenguaje son triviales o innecesarios, el feminismo ha demostrado que el lenguaje es un espacio clave de lucha. Las palabras que usamos crean imágenes mentales y refuerzan ciertas estructuras de pensamiento. Cuando escuchamos la palabra «presidente», la mayoría de nosotros imaginamos a un hombre, porque el liderazgo masculino ha sido la norma durante siglos. Usar «presidenta» es una forma de modelar nuevas realidades donde las mujeres son protagonistas.

Las palabras tienen la capacidad de generar cambios. Si normalizamos el uso de términos como «presidenta», no solo cambiamos la forma en que hablamos, sino también la forma en que pensamos y percibimos a las mujeres en posiciones de poder. ✨

La resistencia al cambio: ¿por qué molesta tanto decir «presidenta»?

Un aspecto interesante es la resistencia que muchas veces genera el uso de «presidenta». Este rechazo al lenguaje incluyente no es más que un reflejo de una sociedad que aún lucha por aceptar el empoderamiento femenino. El hecho de que algo tan simple como una palabra pueda generar tanto debate es un indicativo del poder simbólico del lenguaje. Decir «presidenta» implica reconocer que las mujeres tienen el derecho, la capacidad y el poder de liderar, y para algunas personas, eso sigue siendo incómodo. 😕

Además, esta resistencia también está vinculada a una visión conservadora del lenguaje que lo ve como algo estático. Sin embargo, la lengua es dinámica y viva. Evoluciona conforme cambia la sociedad. Por tanto, el uso de términos como «presidenta» no es una alteración innecesaria, sino una adaptación necesaria a una nueva realidad donde las mujeres ya no son espectadoras, sino agentes de cambio y líderes en todas las esferas. 🌍💥

«Presidenta» es solo el comienzo: hacia un lenguaje más inclusivo

El uso de «presidenta» es un paso importante, pero no es el único cambio necesario. El feminismo ha puesto sobre la mesa la necesidad de reformar el lenguaje en muchos otros aspectos. Por ejemplo, el uso de términos como «las y los estudiantes», o el uso de formas neutras como «todes», busca que el lenguaje realmente refleje la diversidad de identidades y realidades que existen en la sociedad actual.

Aunque aún hay mucha resistencia, especialmente en los sectores más conservadores, el lenguaje incluyente es una herramienta poderosa para lograr una mayor equidad. No es solo una cuestión de palabras: es una cuestión de justicia. Cada vez que nombramos a una mujer como «presidenta», «directora», «ingeniera» o «doctora», estamos enviando un mensaje claro de que las mujeres también pertenecen a esos espacios. 💼👩‍🏫

Es de tal importancia ser nombrada, que ya se presentó una iniciativa para que la Constitución incluya la palabra “Presidenta”. Corrió  cargo de Ivonne Ortega Pacheco, legisladora de MC, quien aseguró que reformar una sola letra a la Carta Magna es importante para visibilizar las capacidades de las mujeres.

Conclusión: Las palabras importan, y decir «presidenta» es revolucionario 🗣️💥

Cambiar el lenguaje es una forma de cambiar el mundo. Al usar «presidenta» en lugar de «presidente», estamos reconociendo el liderazgo femenino y abriendo las puertas para que más mujeres sean vistas y valoradas en roles de poder. El lenguaje incluyente no es solo un capricho del feminismo; es una herramienta fundamental para la construcción de una sociedad más equitativa. Porque si no podemos ni siquiera nombrar a las mujeres en los espacios de poder, ¿cómo esperamos que ocupen esos espacios de manera plena y legítima? 💪💜

Si te interesa saber más sobre este tema y cómo usar el lenguaje incluyente, la Secretaría de Gobernación publicó una guía que explica el papel del lenguaje en la socialización de género y da opciones para aprender un lenguaje no discriminatorio. 

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