Ayer, durante el debate sobre la Reforma Judicial, las voces más apasionadas y contundentes en defensa de esta transformación fueron las de las senadoras, destacando especialmente la intervención de Andrea Chávez, de Morena. La senadora de Chihuahua no solo defendió la reforma con fervor, sino que también aprovechó para señalar las inconsistencias de la oposición, criticando su sorpresa frente a un proyecto que ha estado en discusión pública desde febrero.
Desmintió a la oposición
Chávez cuestionó duramente a los opositores por alegar desconocimiento de la reforma, afirmando sarcásticamente que, si en seis meses no pudieron leer las 44 páginas del proyecto, entonces “no sé qué hacen aquí”. Su postura fue una defensa apasionada de la democratización de la justicia y la elección popular de jueces y magistrados, un pilar clave de la reforma que busca romper con las prácticas de nepotismo y compadrazgo en el Poder Judicial
Reestructura de la justicia
Este discurso fue particularmente relevante en un debate dominado por acusaciones de corrupción y resistencia al cambio, donde Chávez representó la fuerza de las mujeres en la política mexicana actual. Su intervención resonó no solo por su claridad y determinación, sino porque señaló directamente las fallas estructurales que esta reforma intenta corregir. En un contexto en el que los senadores hombres también cruzaban acusaciones, la voz de Chávez sobresalió, invitando a un diálogo más transparente y honesto(
La Reforma Judicial, que finalmente fue aprobada con 86 votos a favor y mayoría calificada, promete cambiar las reglas del juego al permitir que la ciudadanía participe en la elección de jueces y magistrados. Esta reforma busca hacer la justicia más accesible y terminar con los cotos de poder que han corrompido al sistema judicial durante décadas(