En un contexto lleno de incertidumbre política y económica, Marcelo Ebrard, próximo secretario de Economía de México, emitió un mensaje clave para enviar una señal de confianza a los mercados, particularmente a los inversionistas nacionales e internacionales. A raíz de la reciente aprobación de la Reforma Judicial, Ebrard aprovechó para subrayar el compromiso del próximo gobierno con la estabilidad económica y el fortalecimiento de las relaciones comerciales de México, en especial con los Estados Unidos.
México respaldará la inversión
Su mensaje, breve pero cargado de optimismo, fue claro: «Estamos en la mejor disposición de respaldar y apoyar las inversiones en nuestro país». Estas palabras no solo fueron un gesto tranquilizador, sino que reflejan la postura del gobierno entrante frente a la inversión extranjera y las oportunidades de crecimiento económico que México ofrece.
Ebrard resaltó que México ya se ha consolidado como el principal exportador hacia Estados Unidos, una relación que ha sido fundamental para el desarrollo de ambos países. Afirmó que, en poco tiempo, México también se convertirá en uno de los mayores importadores para su vecino del norte, destacando el flujo comercial imparable entre las dos naciones. Este fenómeno se ha visto impulsado por la sólida infraestructura fronteriza que México comparte con Estados Unidos, que, con más de 3,000 kilómetros, constituye la frontera más transitada del mundo en términos de tráfico de personas y mercancías.
México es un destino atractivo
Este avance en la integración económica entre ambos países no es temporal. Ebrard aseguró que la tendencia estructural de crecimiento continuará en los próximos años, con el respaldo del próximo gobierno, que se compromete a seguir facilitando la llegada de nuevas inversiones. Su mensaje fue un claro guiño a la comunidad empresarial, recordándoles que México sigue siendo un destino atractivo para la inversión, especialmente para el capital proveniente de los Estados Unidos.
En tiempos de cambios, Ebrard busca calmar los nervios de los mercados, transmitiendo la seguridad de que las reformas y decisiones políticas no afectarán la apertura de México hacia la inversión extranjera, sino que, por el contrario, fortalecerán la competitividad del país en el escenario global.