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Caso Esmeralda: Fiscalía de Querétaro criminaliza a una víctima de violación

Esmeralda es una menor de 14 años que fue víctima de violación y, tras sufrir un aborto, es investigada por homicidio por la Fiscalía de Querétaro.

El fiscal de Querétaro, Víctor Antonio de Jesús Hernández, acusa a Esmeralda de homicidio en razón de parentesco; además pide que indemnice al hombre que la violó con 514 mil pesos por la pérdida del bebé.

El caso es, con sólo lo dicho un párrafo arriba, aberrante. El actuar de la Fiscalía es monstruoso, revictimizante y misógino. Pero, además, Esmeralda ha sufrido estigmatización en redes sociales, donde una legisladora panista se atrevió a decir que una menor de 14 años es capaz de tener sexo consensuado, ignorando las circunstancias propias de esmeralda y queriendo eliminar con eso las serie de injusticias de este caso.

¿Qué sabemos sobre la revictimización que Esmeralda sufre por parte de la Fiscalía de Querétaro?

Lo que sabemos del caso, a través de fuentes oficiales, es contradictorio: el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, ha dicho públicamente que Esmeralda “no fue violada, pues su papá estuvo de acuerdo” (esa es la frase textual de Kuri) y que no existe carpeta de investigación por el delito de aborto, sino por el de homicidio pues el producto habría nacido y sido asfixiado.

Sin embargo, la asociación Adax Digitales A. C., que acompaña jurídicamente a Esmeralda, sostiene que la menor fue violada por un miembro de su familia, el cual es tres años mayor, y que el aborto ocurrió a los cuatro meses de gestación.

Por su parte, el hombre acusado de violación señala que la relación fue consensuada, pese a que él el tenía 17 años y Esmeralda sólo 14.

Pero les diré algo: no importa. Todo lo que leímos, de las fuentes oficiales, pese a que intentan escribir un relato en el que Esmeralda cometió un delito, sólo revelan, palabra a palabra, que la menor es víctima de múltiples violencias: ¿por qué una niña de años tendría relaciones sexuales, en primer lugar?, ¿cómo puede dar su consentimiento para ello?, ¿por qué su padre estaría de acuerdo? 

Y una pregunta importante: ¿por qué una niña de 14 años embarazada no tendría derecho a abortar? En Querétaro, de acuerdo con su Código Penal, el aborto no es punible en caso de violación.

El caso revela una serie de injusticias en las que se deja ver que el Estado le ha fallado a esa niña al no brindarle educación sexual, acceso a la anticoncepción, ni poder evitar que tras ser víctima de una violación, pudiera denunciar y ser alejada del entorno donde fue violentada.

La Fiscalía y el gobernador insisten en que Esmeralda consintió la relación, lo cual podría originarse —como ya se dijo— en que en Querétaro, de acuerdo con su Código Penal, el aborto no es punible en caso de violación.

Esto último revela algo terrible que muchos colectivos feministas y organismos de derechos humanos han dicho a lo largo del tiempo: la imposibilidad de acceder a un aborto aunque sea legal. Las autoridades encargadas en materia de salud y justicia siempre encuentran el modo de evitar que las mujeres aborten, desde ponerles videos cursis y dramáticos, pero irreales, de bebés aspirados en el vientre diciendo “Mami no me mates”, tener médicos objetores de conciencia, poner trabas para que pase el tiempo legal para realizar un aborto y lo que vemos ahora, acusar a una niña de homicidio, en lugar de acusar al violador.

En México también hay una larga tradición de acusar a mujeres de aborto, cuando este es punible, o de homicidio en razón de parentesco, cuando sufren abortos espontáneos, revelando una tremenda ignorancia sobre los riesgos naturales de un embarazo.

La presidenta Claudia Sheinbaum habló sobre este caso: el pasado 28 de octubre señaló que ninguna mujer debe ser criminalizada por abortar y ya giró instrucciones a Citlalli Hernández, secretaria de las Mujeres, para que atienda el caso.

 Citlalli Hernández se reunió con el fiscal Víctor Antonio de Jesús Hernández y con representantes de Adax, tras lo cual tuiteó que van a “construir una ruta ágil de solución con el objetivo principal de salvaguardar los derechos y la integridad de la niña”.

También dijo que se ha mantenido en contacto con Mauricio Kuri, quien tras una llamada con Hernández cambió su postura. Ya no dice que la niña “se embarazó”, ahora reconoce que Esmeralda es una víctima a la que “debemos escucharla y creerle, entender las circunstancias de su entorno y su contexto.

Agregó que este suceso implica un drama social, que refleja la necesidad de mayores esfuerzos institucionales para apoyar a las niñas y adolescentes. Y dijo que se dará atención especial a la familia y acompañamiento a la niña, y que su administración pondrá en marcha programas de prevención de violencias, educación y formación de valores, entre otros.